Así, así... con rabia y con determinación... yo también tengo fotos escabrosas, pero no las voy a subir, no quiero herir sensibilidades.
¡Dios!, esa herida de guerra merece la Cruz de Hierro. Voy a ponerme en contacto con Moragas, y si es necesario hasta con el mismísimo Rey, Jefe de todos los ejercitos. Esperemos que no haya trapicheado con las medallas el yerno.
De todas formas, lo importante de verdad es que ya estamos los tres efecivos en marcha... y sólo podemos aceptar la victoria.
Hijos míos... ¡Dios salve a... esta cosa¡.