jueves, 1 de marzo de 2012

El rodillo

Rafa... al igual que Tulsa Doom le desveló el secreto del acero a Conan el Bárbaro en aquella memorable actuación de Arnold Skagüerzenaguer (y no me extiendo más aunque da para mucho el tema... mañaaana)... por el amor de Cristo... desvélanos el secreto del rodillo... ¿cómo puede un ser inteligente aguantar más de una hora en ese infierno sin sufrir alucinaciones?... ¿ver películas?, ¿hacer sudokus?, ¿pelar patatas?, ¿mascar chicle?... ¿quéééé hos... hago?. Esta mañana me he levantado a las 6, con la intención de hacer 45 minutos, pero, ¡ay amigo! la carne es débil, y me he vendido a mi mismo (yes... autoselling... humm... hay que ahondar en este concepto psicológico en cuanto podamos) que con 30 era más que suficiente. A las 10 de la noche he hecho 50 minutos. Y de la hora no paso así se me aparezca una virgen... bueno, sobre la marcha estoy pensando que en ese caso quizá...


Después de esto voy a decir lo que dijo la seoriiita Escalaaata al Caracable en "Lo que el viento descojonó": a Dios pongo por testigo que jamás volveré a hacer rodillo.


Como sigamos a este ritmo de entrenamiento, o fisuramos el chásis por alguna soldadura, o vamos a doblar las esquinas a puñetazos.


He dicho.

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